PuroPeriodismo/Foto Houston Castillo, Voz de América
Centenares de niños que estudian en la escuela San José de Upala, una zona fronteriza entre Costa Rica y Nicaragua, dijeron adiós al año escolar 2022 cantando villancicos navideños y escuchando las emotivas palabras de sus maestros, instándolos a retomar muy pronto sus clases tras las vacaciones de Fin de Año, destaca un informe de La Voz de América.
Muchos de ellos son nicaragüenses que cruzan cada día la frontera para asistir a clases, una situación que dista mucho de ser excepcional en algunas zonas donde la proximidad entre ambos países anima a algunos menores a cruzar la frontera cada día para recibir una educación.
Algunos nicaragüenses que se encuentran en Costa Rica en calidad de refugiados resaltan las oportunidades que se les han brindado en el país vecino.
Uno de ellos es Julio César González Robleto, de 58 años, un campesino originario de Nueva Guinea, un municipio de Nicaragua ubicado en la región Autónoma del Caribe Sur. González Robleto inscribió a dos de sus hijos —uno de 17 años y el otro 9— a estudiar en la escuela de San José, en Upala. Además tiene allí a un nieto.
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