Edgar Fonseca, editor/Foto Facebook
Un menor de 15 años sospechoso de la muerte de Samuel Arroyo Valverde de 8 años, herido la madrugada del lunes mientras dormía en su casa en barrio La Gloria, Zapote, fue arrestado hoy por el OIJ en dicho sector.
- La madre de la víctima dijo que perdonaba y no guardaba rencor a los involucrados en este suceso.
La identidad del sospechoso no trascendió debido a restricciones de la Ley Penal Juvenil.
El menor Arroyo Valverde murió el martes víctima de una bala perdida que le impactó en el pecho mientras dormía.
Sufrió la lesión tras una balacera que se dio en el lugar al parecer por líos entre bandas narco, según versiones policiales.
Cuatro individuos vinculados a la balacera fueron reseñados pero quedaron libres.
El menor sospechoso fue capturado este jueves en horas de la madrugada.
Madre clama por paz
La madre de Samuel, doña Ana Valverde, pidió hoy paz y perdonó a los involucrados en el incidente.
Así lo expuso en un sentido mensaje durante un acto religioso en el templo evangélico Monte de Dios, Zapote, antes del sepelio del menor en el cementerio de dicho distrito josefino esta mañana.
El acto se realizó a las 10:30 a.m. y quienes asistieron llegaron vestidos de blanco y con globos blancos para despedir a Samuel.
El menor, lesionado en su corazón, murió pese a cuatro intervenciones médicas en el Calderón Guardia y el Nacional de Niños.
“Mi bebé unió a muchas personas y sé que muchos claman por justicia”, dijo doña Ana.
“Yo en este momento clamo por paz, clamo por paz”, aseveró.
“Le quiero decir a las personas que tuvieron que ver con todo esto, que yo no les guardo rencor, mi familia no les guarda rencor, yo los perdoné, no culpo a nadie”, resaltó.
“Los perdoné. Si tienen la oportunidad de escuchar, yo los perdono en el nombre de Jesús”, agregó.
“Los perdono y le pido a Dios que tenga misericordia por cada uno de ustedes, que les cambie sus vidas para que otro bebé, para que otro angelito, para que otro niño no tenga que partir, que ningún inocente tenga que irse, que ninguna familia quede despedazada, quede destrozada”, enfatizó.
“Mi corazón está destrozado, pero sé que después de que ustedes oraron por mi hijo, sé que ustedes oraron por mí y por mi familia”, añadió.
“Mi hijo ha marcado muchas vidas. Marcó la vida de las personas que tuvieron la dicha de conocerlo, con sus travesuras, con sus chichas, con sus pleitos, peleábamos mucho, peleaba con sus primas, pero marcó la vida de la gente, de esta iglesia a la que tenemos años de congregarnos, marcó la vida de muchas personas que no lo conocían, que sacaron el tiempo para orarle a un Dios que talvez tenían mucho tiempo de no orarle”, agregó.
“Mi familia continúa. Tengo tres hijos más a los cuales tengo que darles amor, a los que tengo que criar y darles fuerza aunque yo por dentro estoy destrozada. Mi familia no volverá a ser la misma falta un pedacito: mi corazón”, afirmó.