Edgar Fonseca, editor/Foto Relaciones Exteriores
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, cuyo gobierno se ve estremecido por una mayúscula convulsión político-social, recibió este viernes al presidente Rodrigo Chaves, para ver temas de protección de los mares.
París y otras ciudades francesas volvieron a ser escenario de violentos disturbios tras avanzar Macron, sin aprobación legislativa, con un plan para elevar la edad de pensión de 62 a 64 años.
“Reunión de trabajo entre los presidentes Rodrigo Chaves Robles, de 🇨🇷 y Emmanuel Macron, de 🇫🇷 en la sede del gobierno francés. El tema central fue el interés compartido por la protección del océano 🌊 Ambos países co organizarán la UNOC3 con eventos mundiales en 2024 y 2025”, tuiteó Relaciones Exteriores del encuentro.
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Macron desafiante
El jueves, más de un millón de personas salieron a las calles de todo el país, según datos del Ministerio del Interior, informa BBC Mundo.
Una de las principales confederaciones de trabajadores, la CGT, situó esa cifra en 3 millones.
En París, donde las manifestaciones por lo general han sido pacíficas, unas 120.000 personas salieron a protestar, agrega BBC.
El presidente francés, Emmanuel Macron, quiere que la polémica reforma de las pensiones entre en vigor a finales de año. Sin embargo, según los sondeos en Francia, hasta el 70 por ciento de la población la rechaza. El índice de aprobación de las políticas del presidente es el más bajo de los últimos años, con un 28 por ciento, destaca DW de Alemania.
Sin embargo, parece afectar poco a un Macron que está en su segundo mandato. “No puedo ser reelegido en cuatro años. No miro los índices de popularidad, hago lo que es necesario para el país”, dijo en una entrevista retransmitida en directo desde el Palacio del Elíseo el miércoles (22.03.2023). Impulsar el aumento de la edad de jubilación a los 64 años en contra de la mayoría de los franceses “no me hace feliz, pero había que hacerlo”, afirmó el presidente, agrega DW.
“No me arrepiento de nada”
La polémica reforma de las pensiones, símbolo del Estado de bienestar, había sido impulsada en el Parlamento por el Gobierno de Macron sin una votación formal. Posteriormente, el Gobierno sobrevivió a dos mociones de censura por una estrecha mayoría. Las protestas y huelgas contra la reforma y el presidente, algunas de ellas violentas, continúan en muchas ciudades francesas.
“Creo que es una pena que no hayamos sido capaces de convencer a todo el mundo. No estoy contento, pero no me arrepiento de nada”, dijo Macron en respuesta a las reiteradas preguntas de dos periodistas de las cadenas de televisión France2 y TF1.