Edgar Fonseca, editor
Las relaciones diplomáticas entre Costa Rica y Nicaragua en lugar de prosperar se han estancado bajo la figura de encargado de negocios y no embajador en los últimos cinco años, lo que a lectura de expertos en relaciones internacionales y un exembajador costarricense, evidencia claramente que a pesar de que en mayo de 2022 hubo un cambio de gobierno en San José, todavía existe discrepancia entre ambos gobiernos centroamericanos, destaca un informe de La Prensa de Managua que opera desde el exilio.
La decisión de bajar el nivel de la misión diplomática fue tomada primero por Costa Rica en noviembre de 2018 —como consecuencia a la brutal represión que ejecutó el régimen de Daniel Ortega para aplacar la rebelión cívica, que este año conmemoró su quinto aniversario— cuando el presidente de ese momento, Carlos Alvarado, decidió no designar a un embajador en Managua.
“En Nicaragua mantenemos un encargado de negocios y lo vamos a mantener ahí, al igual que Nicaragua tiene en San José un encargado de negocios, ese es el nivel de relación diplomática que tenemos con Nicaragua”, declaró recientemente el canciller costarricense André Tinoco, en conferencia de prensa, cita dicho medio.
Es decir, que la relación bilateral entre las naciones se maneja sin embajadores: la sede de Costa Rica en Managua y la de Nicaragua en San José, están dirigidas por un encargado de negocios, un rango menor en diplomacia
Relaciones en “punto muerto”
Cabe mencionar, que tras la decisión de Costa Rica, en agosto de 2019 la dictadura orteguista movió a Duilio José Hernández de su cargo como embajador de Managua en San José y lo nombró oficialmente representante en Turquía, y solo cinco meses después lo volvió a nombrar en el mismo cargo en la nación costarricense, agrega La Prensa.
En junio de 2021, el mandatario Alvarado decidió pausar el nombramiento de su embajador en Managua como consecuencia del recrudecimiento de la represión que en ese momento ejecutó el régimen encarcelando a más de 40 opositores, entre ellos aspirantes presidenciales. Ante dicha postura, la cogobernante Rosario Murillo informó que el régimen llamaba a consultas a sus embajadores en Costa Rica, Argentina, México y Colombia.
Con el actual presidente Rodrigo Chaves, las relaciones están en “punto muerto”, dice el exembajador de Costa Rica ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Eduardo Ulibarri, debido a que una vez que se alcanzó dicho nivel, las relaciones “se mantienen, pero en un nivel políticamente bajo”.
Chaves, a pesar de que había expresado su intención de nombrar y enviar un embajador a Nicaragua, se retractó y a la fecha no ha designado a nadie. En julio de 2022, la dictadura retiró sorpresivamente a su embajador y en su lugar designó como encargado de negocios al exvicecanciller Valdrack Jaentschke, según el medio nicaragüense.
Un mensaje de protesta
El experto en derecho internacional, temas de integración y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR), Carlos Murillo Zamora, explica que, cuando un país baja el nivel diplomático con otra nación al retirar a su embajador y mantener su misión a través de un encargado de negocios, se considera como “un mensaje de protesta, indicándole que no está de acuerdo con lo que está pasando, en el sentido de que no quiere mantener las relaciones en un nivel de jefe de misión o embajadores”.
Por su parte, Ulibarri sostiene que cuando ambos países deciden tener un nivel políticamente bajo o mantener una relación hasta cierto punto normal, representa que “hay diferencia de criterio y por supuesto que no están dadas las condiciones para que haya embajadores que es dimensión plena”.
Especial La Prensa, Managua