Edgar Fonseca, editor
El abrupto rompimiento del gobierno con Cinde tiene en vilo el programa de atracción de inversión extranjera directa (IED) al país y pone en riesgo la eventual creación de 28.800 nuevos empleos en los próximos cuatro años, advirtió Eric Scharf presidente de dicha organización apolítica y privada.
Igualmente, afirmó, estimaciones que han hecho, a la luz del intempestivo cese del convenio, prevén que se reducirían en 143 los proyectos planeados para dicho periodo de atracción o reforzamiento de iniciativas ya establecidas. Las metas del periodo caerían a un 80% o 70%, alertó.
Así lo expuso en una amplia entrevista que concedió a este editor vía Zoom Facebook Live el pasado viernes 26 de mayo, menos de un mes después que la administración del presidente Rodrigo Chaves anunció el finiquito del convenio que rigió en los últimos 10 años entre Comex, Procomer y la Coalición Costarricense de Iniciativas para el Desarrollo.
Hay expectativa e incertidumbre en las empresas de qué sigue, puntualizó.
Tanto el presidente Chaves como el ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar, alegaron, entre otras razones: limitaciones presupuestarias, el hecho que Cinde concentra la atracción de empresas de EE.UU., no diversifica proyectos fuera del Gran Área Metropolitana y supuesta falta de transparencia en sus operaciones por presuntas “contrataciones a dedo”.
Scharf rechazó vehemente dichas justificaciones.
No desatender a EE.UU., principal socio comercial / Especial PuroPeriodismo You Tube
De 405 proyectos desarrollados en lo últimos 40 años –que han generado al menos 181.000 empleos directos y 72.000 indirectos–, 140 (35%) proceden de área geográfica distintas a EE.UU., detalló.
Reconoció la importancia de diversificar área geográficas de atracción IED en Oriente, Europa y Asia, como lo explora este gobierno, pero sin desatender al mercado de EE.UU. que, resaltó, “es y seguirá siendo por mucho tiempo más el principal socio comercial del país”.
Con el mercado norteamericano, dijo, hay que aprovechar la coyuntura del nearshoring y del benchshoring.
Rechazó, también, el alegato oficial que no le hayan dado prioridad a proyectos fuera del GAM.
En los últimos 10 años han impulsado 36 proyectos en regiones fuera del GAM, 10 de ellos en 2022, en sectores de infraestructura turística que generaron 5.000 empleos directos y 5.000 virtuales.
Procomer no está preparada
La experiencia acumulada por Cinde en 40 años de generar atracción de IED no se replica en corto plazo, remarcó.
Procomer, insistió, no está preparada para asumir esa tarea. La curva de aprendizaje es costosa en riesgo reputacional, pérdida de confianza, riesgo operacional y crecimiento de burocracia.
Tras una primera conversación con el presidente Chaves y Tovar, se les pidió una propuesta de negociación del convenio, con la cual no hubo acuerdo.
Les pidieron un segundo plan de negocios, “bastante agresivo”, destacó Scharf.
La nueva propuesta incluye mantener el convenio en transición hasta 2026, reducción del financiamiento que recibe Cinde, que procede del canon de las empresas de zona franca, y hasta la eventual designación de un observador del Ejecutivo en su junta directiva.
Están a la espera de respuesta.
Las empresas no llegan solas
Calificó de “incorrecto” el argumento dado por el ministro Tovar que las empresas de IED llegan solas al país.
Todo proyecto, inversionista o empresa con una nueva iniciativa, ratificó, requiere de acompañamiento que se lo da Cinde.
Destacó que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consigna que, en el caso de Costa Rica, la función asesora de Cinde hace crecer, hasta 12%, las posibilidades que determinado proyecto sea asignado al país por encima de opciones en Chile o Uruguay, los más fuertes competidores en la región.
“¿A dedo?”
“Rechazamos categóricamente una acusación como esas”, respondió cuando se le planteó el cargo lanzado desde el gobierno que Cinde efectúa contrataciones a “dedo”.
Precisó que durante el periodo del convenio han sido sometidos a 38 auditorias trimestrales y cuatrimestrales y 11 anuales y todas salieron limpias.
Utilizan procedimientos de ética y control de conflicto de intereses de clase mundial.
“Nos imitan. Nos piden asesoría en los procesos”, enfatizó.