Edgar Fonseca, editor
Los intentos de carteles mexicanos de la droga por dominar el corredor sur centroamericano en sus operaciones son causantes de la violenta ola criminal que enfrenta al país con una escalada de homicidios que podría volver a alcanzar cifras récord este año, advirtió ayer el recién designado ministro de Seguridad, Mario Zamora Cordero.
“Los carteles del narcotráfico mexicano se han propuesto dominar la ruta de paso en el corredor centroamericano y cada vez se proyectan más al sur”, ratificó Zamora en una amplia entrevista que concedió a este editor vía Zoom Facebook Live.
En sus operaciones, añadió el nuevo jerarca, y como una demostración de amenaza a grupos enemigos, los carteles mexicanos generan violentas acciones de sicariato que ya se manifiestan en el país con saldo de 345 homicidios hasta el lunes 22 de mayo, 60% atribuidos a ajustes de cuentas entre grupos narco, y con un crecimiento del 40% de casos vs el mismo periodo del año anterior.
“De ahí que observemos un especial uso de violencia absolutamente innecesaria sobre personas, a efectos de utilizar esas muertes como mensajes a los adversarios”, aseveró.
Zamora, quien ocupó la cartera de Seguridad en el periodo 2011-2014, (administración Chinchilla Miranda), fue designado nuevo titular por el presidente Rodrigo Chaves el pasado 10 de mayo tras la salida del anterior jerarca Jorge Torres Carrillo.
Como prioridad de gestión tiene enfrentar las acciones de sicariato y mermar los índices de violencia.
Durante la entrevista, Zamora:
- hizo un llamado urgente a la Asamblea Legislativa a aprobar la reforma a la ley contra crimen organizado, bloqueada por una diputada PLN
- afirmó que hay zonas del país donde rige la ley del silencio por temor a las mafias narco
- en ciertas partes de la región Atlántica, dijo, esos grupos operan con “miniejércitos”, dinámica que pretenden ampliar
- anunció una reacción de choque para enfrentar el sicariato.
- descartó la posibilidad de un estado de excepción y dijo que buscará soluciones democráticas institucionales “a la tica”
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“Cabeza de playa” de mafias narco
-¿Cuáles valora como causas fundamentales del salto cualitativo que ha tenido el fenómeno de la inseguridad del país, en menos de nueve años?
-Tenemos elementos geopolíticos que han alterado nuestro entorno. La paz en Colombia, que se ha verificado en este tiempo, ha multiplicado por cinco las zonas de cultivo (de droga). Tenemos hoy cinco veces más cantidad de droga pasando por el corredor centroamericano. Eso ya de por sí incrementa la acción de las mafias delictivas en su paso por el territorio costarricense.
Estas mafias también han variado sus objetivos de trabajo en relación a Costa Rica.
Ya no solo somos zona de paso en que se pagaba el apoyo logístico con droga y que esa droga era colocada en el mercado interno, como sucedió la vez anterior, cuando fui ministro, sino que ahora, no solo pasan más droga por el corredor centroamericano, sino que además parte de esa droga desde que sale de los salas de cultivo va dirigida al mercado costarricense. Eso es una segunda dimensión que se adiciona al fenómeno de paso.
Y, por otra parte, las mafias se han propuesto, como escenario de trabajo, establecer una plataforma en nuestro país para reexportar la droga a terceros mercados, sobre todo Europa, y de ahí la especial sensibilidad en el puerto de Limón que hemos de tener para que esta reexportación a terceros mercados, contaminando productos exportación costarricense, no logre darse.
Entonces de un escenario que era mero paso por nuestro territorio con pago de droga en logística, hemos evolucionado a estas tres dimensiones que he descrito.
Esto implica un reto país también de mayores dimensiones.
Por otra parte, hay un otro factor geopolítico adicional, los carteles del narcotráfico mexicano se han propuesto dominar la ruta de paso en el corredor centroamericano y cada vez se proyectan más al sur.
Hace unos años el incremento de la violencia en el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador, Honduras) se explicaba justamente por la llegada de los carteles mexicanos y la adopción por parte de los grupos locales de esos patrones criminales sumamente violentos en que no solo se pretende matar personas, sino enviar mensajes a través de la muerte de personas. De ahí que observemos un especial uso de violencia absolutamente innecesaria sobre personas, a efectos de utilizar esas muertes como mensajes a los adversarios.
Ese patrón ya se empieza a manifestar en Costa Rica. La creación de sicarios que de manera continuada participan ejerciendo homicidios y asesinatos en nuestro país ya es un indicador de ese escenario.
Hablamos con los colegas del OIJ y del Ministerio Público y nos advertían de esta situación de miniejércitos, amparados a estructuras criminales tanto en la zona Atlántica y un interés de expansión al resto del país.
Sí, es un momento crítico a nivel nacional en materia de seguridad y bajo este contexto es que asumimos el ministerio.
Debo indicar que uno de las primeras elementos muy positivos es encontrarme a una policía dispuesta, a los uniformados y directores de policía dispuestos a asumir el reto, en donde sí reconocemos la ausencia de recursos, pero no la vemos como un obstáculo que nos limite nuestro trabajo operacional. Entonces estamos en conjunto reuniendo nuestros mejores esfuerzos para encarar este reto de criminalidad que hoy enfrentamos.
Descarta estado de excepción
-Se tiene la expectativa de qué pasará con la asunción de las nuevas autoridades de gobierno, en medio de esta emergencia. Se ha planteado la posibilidad, incluso, por el mismo presidente de no descartar un estado de excepción en el país a lo cual una serie de voces advirtieron que desde el punto de vista constitucional eso no es factible, eso no es posible, ¿qué piensa usted al respecto?
-No- El señor presidente me aclaró muy bien el contexto en que fueron dadas esas palabras. Más bien él se negaba a que pudiéramos llegar algún día a un estado de esos, como diciendo que hay que hacer ahora todo lo propio para jamás llegar a una situación de esas. Ese fue el espíritu con que el señor presidente hizo esa mención.
Yo aprovecho el uso del concepto de estado de sitio, que significa un escenario en que las personas no pueden ejercer sus libertades, para decir que justamente hay espacios territoriales en Costa Rica dominados por las mafias en que ejercen su gobernanza criminal y crean en esos lugares un estado de excepción en donde nuestros ciudadanos no pueden hacer uso y disfrute de los derechos y libertades que le da nuestra constitución, que le garantiza nuestras leyes, porque ahí se impone la ley de los criminales.
Ese es también el reto que enfrentamos en materia democrática, el reto que enfrentamos ante la criminalidad, que está invadiendo espacios territoriales se adueña de esos espacios impone su ley, desaplica las leyes nacionales y empieza justamente la ley del más fuerte amparados por grupos armados.
De ahí que la lucha contra el sicariato es en esencia una lucha en favor de la democracia para que estos grupos mediante el temor y el uso de la fuerza no amedrenten a nuestra ciudadanía y no conculquen derechos y libertades.
Zonas bajo “ley del silencio”
-Usted fue muy enfático del atascamiento de la nueva ley de reforma a la ley del crimen organizado y usted dijo que se trata de una reforma absolutamente indispensable, ¿por qué esa posición?
-Nos va a permitir justamente crear jurisdicciones especializadas, en que, recordemos que hoy las bandas y vimos hace muy poco también dirigen su poder de fuerza, su capacidad homicida, realizando asesinato sobre testigos y personas claves en hechos criminales.
Una de las cosas más delicadas que tenemos que atestiguar es la imposición de la ley del silencio en determinadas partes del territorio nacional, en donde hay ciudadanos que ven y observan un acto criminal, pero saben que si son testigos de ese evento, si sirven a la justicia de Costa Rica arriesgan su vida y la vida de sus familiares.
Eso no lo podemos y esta ley nos da insumos de mejora, no solo para el tratamiento de la prueba, para el tratamiento de la persona delincuente, sino elementos también que mejoran la capacidad de nuestros fiscales y nuestros jueces en el procesamiento de este tipo de eventos criminales que están fuera de lo ordinario.
Es decir, nuestras capacidades jurisdiccionales se estarían adecuando a este nuevo reto criminal que nos impone el juzgamiento de bandas sumamente profesionalizadas, bandas que tratan a través de su poder delictivo de eliminar todas las probanzas que relacionan a un sujeto con un crimen.
Esto que están haciendo las bandas criminales debe ser contestado desde la justicia y la mejor forma de hacerlo en un Estado de derecho como el nuestro es mediante la aprobación de esta ley que mejora las condiciones cualitativas con que la justicia va sobre todo la justicia penal va a dar tratamiento a este tipo de criminalidad profesionalizada que ejerce las bandas criminales.
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