Edgar Fonseca, editor/Foto Zoom PuroPeriodismo
¡Sabe a gloria! ¡Es un momento de ensueño! ¡El mejor momento de toda mi vida! ¡No hay comparación!
Así habla Alex Reyes Montoya, mercadólogo de 37 años, quien hace tres años vivió junto a su esposa, Rebeca Salazar, una traumática experiencia vial al sufrir un grave accidente en Circunvalación Hatillo, cerca del comercial plaza América, que los tuvo al borde de la muerte.
Aquella noche del 19 de setiembre 2020, cuando ambos regresaban de barrio Escalante a su hogar en Guachipelín, Escazú, contra el tiempo, para no incurrir en infracción por restricción de tránsito impuesta con razón de pandemia covid-19, les llevó a accidentarse en su vehículo con severas lesiones.
Hoy tres años después, Alex, quien sufrió amputación de sus dos brazos, no se cansa de dar gracias a Dios porque lo dejó con vida al igual que a su esposa y en esta nueva etapa vivencial, convertidos en motivadores ante la adversidad, aseguran estar cargados de sueños, de determinación, de esperanza pero, sobre todo, de fe en Dios.
“Estamos convencidos que Dios tomó la decisión de tener a nosotros aquí”, dice Rebeca.
En ello coincidieron en una amplia conversación con este editor vía Zoom Facebook Live ayer martes 26 de setiembre.
Alex recibió una prótesis biónica como su mano derecha en Ciudad Guatemala el pasado 13 de setiembre y no dudó en destacar las posibilidades que se abren para realizar tareas hasta ahora limitadas.
¡Sabe a gloria! ¡Es un momento de ensueño! ¡El mejor momento de toda mi vida! ¡No hay comparación!, exclamó ayer con su mirada encendida, sonriente.
“Es sensacional. Te permite soñar otra vez y añorar lo que tenías; decir es diferente pero es lo mismo”, dice.
Su primer lavado de dientes con su nueva prótesis fue motivo de algarabía para su esposa y sus cuatro hijas: Kiara, Jimena, Sara y Luciana.
Disfruta abrazar, de nuevo, a ellas, hacer compras, apagar una lámpara, darle vuelta con una espátula a carne en una parrilla, andar con mochilas, gracias a una herramienta tecnológica de avanzada, primera en su caso en Latinoamérica.
“Siempre supimos que esto no lo íbamos a lograr solos. Cuando la vida te pone a prueba, aprendes a entender que cada proceso toma su tiempo, una buena disposición, paciencia y sobre todo Fe. Nos dimos a la tarea de buscar la información adecuada, asesoría profesional y asegurarnos de que este sueño iba a estar en la mano de los mejores. ¿Cómo saber quienes, dónde y cuál iba a ser el mejor momento? Dios tiene la respuesta para todo y un plan perfecto para la vida de cada uno”, resaltaron ambos apenas horas después de colocada la prótesis.
Participante en competencias de aguas abiertas, en media maratón y con la mira puesta en un maratón, Alex carga junto a Rebeca una agenda diaria de desafíos y de metas pero no dejan de reflexionar sobre las enseñanzas de un suceso que les pudo costar la vida y que les dio una segunda oportunidad.
Su caso lo conoció el país durante la Teletón 2020, un evento que Rebeca considera fue como una “luz después de tanta oscuridad” por la que atravesaron con el accidente.
“Tenemos tantísimo de qué hablar. Somos pareja, papás, emprendedores”, enfatiza.
–¿Qué tres lecciones clave extraen de una vivencia como la que han tenido a estas alturas de la vida?
Alex: Pues sí, primero que tenemos urgentemente que buscar una relación íntima con Dios. Él transforma todo. Número dos, que lo más importante siempre va a ser la familia, siempre va a ser el tenernos a nosotros. Número tres, tengo que estar bien yo para que los demás estén bien.
Rebe: Creo que sin duda alguna, igual que Alex, el tema de tener una relación con Dios genuina especial, es el salvavidas para cualquier situación en la vida de cualquier persona, sin importar en donde estemos, sin importar lo que estemos atravesando, cuando le entregamos nuestra vida a Dios y le cedemos el control al 100%, no a medias, porque a veces creemos que nosotros podemos ayudarle, Él tiene que tener dominio al 100% de de la situación y de lo que nos esté pasando. Creo que es una de las cosas que he aprendido, que aprendí, que logro entender luego de muchísimos años: valorar la vida de quienes uno ama, de tus seres queridos, papá, mamá, hermanos, hijos, esposo, familia, amigos, abrazar; hacer esa llamada, sacar un ratito para ir a tomar café, contestar el teléfono a pesar de que uno esté ocupado, el decirle aquí estoy, tal vez no podemos en ese momento tener una conversación extensa, pero sí decirle te llamo en un par de horas o que sé yo y hacerlo. Poder de verdad sentir que es el último día o sea no sabemos si de verdad va a ser nuestro último día o el último día de estas personas. Sin duda alguna, a veces creemos que la vida es correr, que la vida es simplemente hacer y generar dinero para poder sobrevivir o vivir y perdemos la noción del valor que tiene cada una de las cosas que podemos hacer nosotros y lo que nosotros podemos controlar, con quién decido estar, a quién decido llamar, a quién le voy a dedicar mi tiempo, qué quiero hacer por mi, qué quiero hacer para los demás incluso? Yo soy un alma de servicio y creo que siempre lo he sido desde muy pequeñita y ahora he logrado potenciar ese servicio al mil por ciento, gracias a todo lo que lo que he vivido. Me encanta poder conversar con la gente. Me encanta poder ayudar a la gente, dar ese abrazo sin importar la condición de la persona el poder decirle si querés llorar, aquí estoy, y a pesar de incluso a veces yo estoy un poco rota poder decirle que aquí estoy, lloremos juntos pero poder tener esa capacidad de entregar a los demás el maravilloso privilegio de dar amor a todos.
Quien te quiere, te escucha
La invalidación emocional conduce a sentimientos de inutilidad y autoaislamiento. Descartar o rechazar los pensamientos, sentimientos o comportamientos de alguien además de ser cruel es sumamente dañino. Quien te quiere te escucha, no te interrumpe, no minimiza, no termina tus frases, no quita la mirada, no se ríe, no te pone los ojos en blanco, no te desacredita, no te dice lo que tenías que hacer, ni mucho menos te dice lo “torpe“ que fuiste. Quita de tu lista de “amigos” a estos personajes. ¿Cómo te sientes cuando no te escuchan? Alex y Rebe, Facebook