Rodrigo Arias critica a quienes con “ligereza” aseguran que nada bueno se hizo en Costa Rica en los últimos cuarenta años

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Edgar Fonseca, editor

El presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, criticó, sin citar nombres, a quienes aseguran “con ligereza” que en Costa Rica no se hizo nada bueno en los últimos 40 años.

“No deja de sorprender cuando algunas personas, con mucha ligereza, aseguran que nada bueno se ha hecho Costa Rica en los últimos cuarenta años”, recriminó Arias en un acto de la Academia de Centroamérica, la noche del miércoles 20 de setiembre, en que fue presentada la obra: Propuesta para un Mejor Futuro: Construyendo una Hoja de Ruta para Avanzar en el Desarrollo de Costa Rica.

“Al comparar la Costa Rica de los años 80 con la de hoy, podemos afirmar sin mezquindad que, gracias a las acciones de los diversos gobiernos y de los actores económicos y sociales a través de los años, logramos crear un mejor futuro”, afirmó en el acto celebrado en el Salón de Expresidentes del Congreso.

“Un claro ejemplo es don Eduardo Lizano -aquí presente-, quien lideró en buena medida la transformación y evolución económica de Costa Rica en las últimas décadas -y sigue siendo hoy una fuente obligatoria para todos los interesados en el desarrollo nacional”, destacó.

“Creo importante que al hablar del futuro, tengamos muy presente donde estábamos hace pocos años y qué fue lo que hicimos”, aseveró.

“No debe caber la duda de que, como nación, hemos conseguido grandes logros y que tenemos grandes sueños por delante”, dijo.

“Sin embargo, tenemos también grandes desafíos”, admitió.

“Arrastramos algunas falencias desde hace muchos años que actúan como lastre para dar el anhelado salto hacia el desarrollo”, lamentó.

“Es imperativo tomar y ejecutar decisiones que nos permitan seguir avanzando”, demandó.

Especial PuroPeriodismo/Propuestas para un futuro mejor, Academia de Centroamérica

Lejos del sueño

“Siempre hemos aspirado a ser una sociedad desarrollada donde cada costarricense y cada habitante del territorio nacional goce de su libertad y de condiciones dignas de vida”, planteó.

“La realidad del presente –dijo– nos señala cuán lejos estamos de alcanzar ese sueño”.

“El progreso social que hemos logrado, importante como es, no es suficiente”, sostuvo.

Destacó que en la década de los años ochenta “no sabíamos que Costa Rica llegaría a tener en el turismo una de sus principales fuentes de ingresos que hoy representa casi un tercio de sus exportaciones, ni que seríamos el destino de empresas de alta tecnología como Intel, o ser uno de los mayores “hubs” del mundo en la producción de dispositivos médicos”.

“A veces se olvida, porque es algo por completo acoplado a nuestra forma de vida, que hace menos de 15 años, un ciudadano o ciudadana debía esperar más de seis meses para obtener una línea de teléfono celular. Eso se terminó cuando logramos romper el monopolio de las telecomunicaciones”, resaltó.

“¿Quién diría a principios de los ochenta que Costa Rica sería miembro de instancias internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico?”, interrogó.

“Si bien mucho hemos avanzado en los aspectos citados, es lo cierto que aún no alcanzamos la plenitud de nuestras aspiraciones históricas. Siempre hemos aspirado a ser una sociedad desarrollada donde cada costarricense goce de su libertad”, añadió

“Costa Rica ha sido reconocida a nivel internacional por su compromiso con la democracia, el sistema de libertades, la sostenibilidad ambiental y el bienestar de sus habitantes”, enfatizó.

“Cuando las cosas van mal – decía don José Figueres Ferrer – hay que luchar. Cuando van bien hay que emprender nuevas luchas.” Estamos en un momento crucial de nuestra historia y es imperativo seguir luchando”, advirtió.

“En este contexto histórico el documento que hoy se nos presenta, es un ejemplo de la capacidad extraordinaria de nuestra sociedad para reflexionar, debatir y proponer soluciones a sus problemas y desafíos”, manifestó.

Alabó, por ello, la iniciativa de la Academia de Centroamérica que valora la generación de conocimientos sobre las realidades nacionales y tiene la capacidad de traducir esos conocimientos en propuestas concretas.

“Agradezco a la Academia de Centroamérica por liderar este esfuerzo y por brindarnos una visión fresca y fundamentada sobre el camino que podríamos seguir”, añadió.

“Puede ser que no todos estemos de acuerdo en la totalidad de las propuestas, pero ellas contribuyen a elevar la calidad del diálogo nacional y del debate público sobre nuestro desarrollo como país”, remarcó.