Edgar Fonseca, editor
La Fedefútbol debe investigar hasta sus últimas consecuencias ese trato humillante, ofensivo, casi rondando en el linchamiento al que fue sometida la Selección Nacional y, en particular, Joel Campbell en el choque con Panamá.
La Fedefútbol no debe quedarse en la mera retórica de un comunicado de lamentos superfluos, como por salir del paso.
¿Cómo se cuajó todo aquel montaje que remató en uno de los capítulos más vergonzosos en el trato al seleccionado nacional por un resultado deportivo?
¿Por qué no se contuvo aquello?
¿Por qué se permitió que quienes protagonizaban aquel estribillo, “eco”, infame, continuaran?
¿Por qué no se les identificó y se les expulsó de inmediato?
¿Qué impedió solicitar al comisario FIFA y al cuerpo arbitral suspender el encuentro mientras se neutralizaba aquella insólita agresión?
Nunca antes el país, y, lamentablemente, la audiencia global que hoy tiene estos eventos, había sido testigo de cosa parecida.
Vergonzoso ejemplo para las nuevas generaciones.
Vergonzosa conducta con la representación patria de quienes se sintieron a sus anchas y sin restricciones en una noche nefasta para el balompié y la dignidad nacional.
La Fedefútbol le debe explicaciones al país.
Ese oscuro episodio no debe quedar impune.
P.D.: un federativo intenta justificar aquel bochornoso incidente y no lo condena, como corresponde.
¡Qué pena!