Walter Raudales, Latinoamérica 21-El primer párrafo de la novela: “Historia de dos ciudades”, escrita en 1859, por Charles Dickens ((1812-1870), escritor Inglés, aplica perfecto a la realidad de El Salvador en estos días en donde vivimos en 2 mundos: Estamos en el mejor de los mundos (pero virtual) y en el peor de los mundos (el real).
Comienza la novela de Dickens:
“Capítulo I: La época
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo”.
En El Salvador actual se puede aplicar a la exactitud esta descripción de Dickens porque aquí hay dos realidades: la que dice que este país “es el mejor de los mundos”, “que es el país más maravilloso”, “que es el Presidente más cool del universo” y por otro lado está el peor de los mundos que es la otra realidad, la del hambre, se habla de hambruna en documentos de Naciones Unidas (ONU), un país con una alta tasa de desempleo, de migración sin freno, pobreza a niveles de espanto, persecución, irrespeto a los derechos humanos.
Hay un régimen de excepción que establece captura a pandilleros, pero en estas redadas llevan personas que nada tienen que ver con esas estructuras criminales y violenta derechos humanos, imponiendo la tesis de “seguridad sin derechos humanos y sin respeto a las leyes”. Se habla de 70 mil capturados de los cuales cerca de 40 mil no tienen ningún delito, son inocentes.