William Hayden, exgerente Banco Nacional, denuncia asalto y golpiza en su casa/Vivo de milagro

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Edgar Fonseca, editor/Foto Facebook William Hayden Q.

William Hayden Quintero, exgerente del Banco Nacional, de 84 años, denunció haber sido víctima de un asalto y golpiza anoche en su residencia en Escazú.

Salió vivo de milagro mientras una foto que difundió en Facebook muestra su rostro lesionado, en particular el ojo derecho.

“Se metió un ladrón a mi casa, yo estaba dormido, sentí algo anormal y cuando abrí los ojos lo vi frente a mí”, relató.

“Comencé a gritar para despertar a mi esposa y a mi hijo, el cabrón comenzó a amarrarme brazos y pies con una cinta adhesiva”, precisó Hayden quien también fue gerente de la Bolsa Nacional de Valores.

“Me resisti y comenzó pegarme en la cabeza y en el ojo derecho”, enfatizó.

“Mi esposa y mi hijo autista lo enfrentaron”, contó.

El asaltante salió corriendo por los techos y la policía que fue rápida lo detuvo.

“No se robó nada”, dijo.

“Estoy contando el cuento, me siento mal adolorido con dolor de cabeza, con fuerte dolor de cabeza y náuseas”, narró tras ser atendido en el hospital San Juan de Dios donde le hicieron un TAC.

Según dijo, estuvo en el San Juan de Dios de 12 p.m. de ayer a 6 a.m. de este martes.

Escribe sus memorias: “Para evitar que el cerebro se me llene de moho”

Hayden inició la publicación de sus memorias, según relató en un artículo en el sitio Cultura CR divulgado el 30 de diciembre 2023.

“Para evitar que el cerebro se me llene de moho y de telarañas por falta de uso y sea presa fácil de ese enemigo de la ancianidad, el alemán Alzheimer, que al robarte tus recuerdos te deja como un zombi sin pasado viendo hacia al vacío, sin saber quién sos y quien fuiste, y sin saber que vas a morir en el peor anonimato de tu existencia, me he fijado como proyecto escribir mis memorias. Dejar por escrito lo que fui, para que algún día, algunos de mis descendientes, preguntándose: ¿quién fue la semilla de la familia? no se quede en la ignorancia como me ha pasado a mí, que no se nada de mis abuelos paternos.

“Los recuerdos son nuestra identidad. Sin ellos somos una mente en blanco, como un presente sin huellas y un futuro incierto por caminar. Por el hilo se saca el ovillo, así suele ocurrir con los recuerdos, sacas uno del baúl de tu memoria y los demás se vienen en cascada, apresurados por dejar el cautiverio en donde han estado encerrados por años haciéndose viejos como uno, y mueren con uno, al menos que se hayan contado en breves escritos”, dijo en dicho artículo. 

La venta de lotería

“Ahorqué los hábitos como dicen, dejé de vender lotería. Hoy, cada vez que veo a uno de esos chiquillos que venden chances o cualquier otra cosa por las calles de la ciudad, quienes pellejean diariamente su vida, me veo reflejado en ellos, los ayudo y le doy gracias a DIOS por hacerme pasar por los aros del infortunio, que, sin lugar a dudas, forjaron mi carácter de psicología polifacética, tipo pícaro de las novelas españolas del Siglo de Oro y de las novelas de Charle Dickens: vivaracho, inteligente, astuto, desconfiado, malicioso y con el propósito de sacar provecho de las oportunidades cuando se presentan,  porque como dice el refrán: “ocasión que se va, quien sabe si volverá”, hay que estar alertas antes las oportunidades y no dejarlas ir”, relató en la publicación.