Oscar Arias Sánchez, expresidente y Premio Nobel de la Paz
Esta semana celebramos el amor del Padre. Ojalá lo honremos con el amor de sus hijos, con el amor de todos los seres humanos hacia todos los seres humanos.
Honremos a Dios amando a quien piensa parecido a nosotros, pero también a quien piensa distinto.
Amemos a quien se ve diferente, a quien habla de manera singular o proviene de otros lugares.
Amemos a quien es mayor que nosotros, y también a quien es menor. Amemos con igual intensidad a quienes luchan por causas distintas a las nuestras, porque ellos también persiguen un ideal.
El verdadero amor no es selectivo, no elige entre un montón de personas las que son dignas de amor y las que merecen desprecio: el verdadero amor es el que no distingue, el que simplemente se da no importa a quién y no importa cuándo.
Dios nos dio la vida de su Hijo para demostrarnos su amor. Seamos dignos de ese obsequio, amando y respetando a nuestros semejantes.
Que esta Semana Santa sea época de reflexión, que sirva para escuchar nuestra conciencia y, con la mano en el corazón, ver si de verdad somos generosos con nuestro amor, o si tenemos todavía un poco de amor en reserva.
Amar verdaderamente es difícil, requiere sacrificio y dedicación, por eso quiero que estos días nos sirvan para tomar fuerzas, para reunir energías y para prepararnos a salir a la vida dispuestos a amar a quien se nos cruce en el camino.
Felices Pascuas para todos.