PuroPeriodismo/El Universal, Ciudad de México
Durante cuatro minutos, de las 11:07 a las 11:11 horas, pudo observarse la franja de totalidad del eclipse de Sol en el puerto de Mazatlán. Diez o quince minutos antes, desde el escenario que se instaló en el Parque Ciudades Hermanas, un moderador se dirige a miles de personas que se dieron cita en la explanada. Al fondo, una pantalla gigante proyecta el en vivo que la NASA está transmitiendo desde la región.
La gente abarrota las aceras, se sienta en los camellones y es común una imagen: cientos de observadores, casi formados orgánicamente, sosteniendo los filtros de protección y dirigiendo su mirada hacia el cielo.
Desde el altavoz, el moderador informa que faltan pocos minutos para la totalidad, mientras en la pantalla el Sol empieza en un estrecho halo o anillo blanco.
Minutos antes, también, las gaviotas vuelan en círculos y las nubes se arremolinan, estáticas y desgarradas. En cuanto empieza la totalidad, las multitudes gritan, como en una especie de coro y se entusiasman. La pantalla nuestra un minúsculo, inexistente quizá, anillo blanco. Hay fervor en el ambiente, pluralidad, un paso casi intransitable en los cuatro puntos cardinales. Pero no hay emotividad ni llanto, quizá sólo cierto son recogimiento.
PuroPeriodismo/El Universal, Ciudad de México