Edgar Fonseca, editor/Foto The New York Times
Pese a ser un modelo considerado como fracasado en EE.UU. y descrito como un “campo de concentración” de prisioneros en Arizona, el presidente Rodrigo Chaves advirtió este viernes que irá adelante con un plan para instalar carpas en los penales del país.
Por haberse opuesto a dicho, Chaves destituyó ayer al viceministro de Justicia, Exleine Sánchez Torres.
“La opinión de un exfuncionario, en este caso de don Exleine que fue destituido ayer, a mí no me va a hacer cambiar los criterios técnicos que he visto, a menos que él presente un caso técnico, pero ¿por qué ahora, el día que lo echaron?”, afirmó Chaves en San Miguel de Desamparados.
“Hay que moverse muy rápido”, insistió ante la sobrepoblación en los penales.
“No tenemos presupuestos para megacárceles y hay una solución perfectamente factible para acomodar eso en el corto plazo”, justificó.
La pretensión de Chaves es sacar a más gente fuera de la sociedad, que no debe estar en la sociedad interactuando libremente, porque causan daños.
“No queremos andar soltando ‘golondrinas’ por órdenes judiciales, porque no hay espacio”, añadió.
Peligros
El exvicemnistro destituido advirtió que el plan de carpas implica que la población penal realice acciones como agresiones entre sí, organización de fugas, la realización de daños o cualquier otro incidente crítico y otras acciones.
De no contarse con suficientes recursos policiales, no será posible controlar de manera inmediata, sostuvo.
Alertó que, por experiencia, aunque las personas privadas de libertad a ubicar sean de un perfil bajo, lo cierto es que, entre las personas privadas de libertad y en la aglomeraciones de personas en general, es usual que se generan conflictos.
En el Sistema Penitenciario la policía penitenciaria como primer respondedor interviene de manera inmediata y evita actos de mayor violencia, debido al estrés de la misma prisionalización, lo cual aumentaría en un lugar en que no permita la dignificación de las personas, pudiendo incrementarse la ansiedad y agresividad de quienes se ubiquen en espacios con esas características, según el exfuncionario en nota enviada al ministro Gerald Campos.
Y cuestionó: ¿Sí realmente la utilización de carpas es una solución efectiva para ser utilizada como infraestructura penitenciaria, para el subsistema cerrado? Y a su vez abonar positivamente al problema de sobrepoblación carcelaria”.
A partir del fracaso del modelo seguido en Arizona, el exviceministro advirtió: “Costa Rica debe continuar en acatamiento de aquellos instrumentos internacionales, respecto de los que el Estado ha suscrito tratados internacionales, especialmente los que corresponden a derechos humanos, en los que adquirió compromisos de ser garante del trato que debe brindarse a las personas privadas de libertad, en tanto esta población mantiene vulnerabilidad y sujeción ante el Estado”.
El modelo de los campamentos de carpas en prisiones fue probado por el temido sheriff, Joe Arpaio, del condado de Maricopa, Arizona.
El sitio denominado Tent City albergó presos por 23 años, en su mayoría inmigrantes ilegales.
El propio Arpaio lo describió como un “campo de concentración”, según el sitio londinense.
Fracaso en Arizona
Arizona’s ‘concentration camp’: why was Tent City kept open for 24 years?/The Guardian, Londres
Last Inmates Leave Tent City, a Remnant of Joe Arpaio/The New York Times