Edgar Fonseca, editor/Foto Zoom PuroPeriodismo
El rechazo de Nicolás Maduro a una transición pacífica del poder en Venezuela a Edmundo González Urrutia, quien reclama un triunfo contundente en las elecciones del 28 de julio, podría ser el detonante de un baño de sangre dado el descontento mayoritario en sectores populares y del ejército.
Tal uno de los escenarios que no descarta el periodista Miguel Henrique Otero, presidente, editor de El Nacional de Caracas, exiliado en Madrid, según lo expuso en una amplia entrevista con este editor vía Zoom Facebook Live, ayer miércoles 21 de agosto.
Para Otero, Maduro debe entender que hay un rechazo mayoritario a su persona, evidente en las urnas, y debe negociar una salida antes que ocurra lo peor, un enfrentamiento social de consecuencias imprevisibles.
“Uno sabe como empieza esto, no sabe como termina”, enfatizó el veterano comunicador venezolano, de 77 años, cuyo medio, El Nacional, fue confiscado por el régimen tras publicaciones en 2015 que vincularon al narcotráfico a Diosdado Cabello, diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, considerado el hombre fuerte de dicho país.
Cabello fue uno de los que adelantó que no reconocerían un triunfo opositor y amenazó con reprimir a los disidentes.
Venezuela vive una encrucijada tras los resultados electorales mientras el régimen no muestra, tras tres semanas, las actas de las votaciones ni permite verificación internacional.
La Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no puede atribuirse las funciones y facultades del organo electoral, pues no le competen, advirtió ayer un pronunciamiento de la opositora Plataforma Unitaria, suscrito por González y la líder María Corina Machado.
Conforme a nuestra Constitución, sería ineficaz y nula toda eventual sentencia de la Sala Electoral que pueda validar el fraude electoral que se pretende imponer. Los magistrados de dicha Sala estarían violando los derechos inalienables de los electors e incurrirían en responsabilidad penal, civil y administrativa. A tal efecto, tal y como reza el articulo 138 de nuestro texto constitucional: “Toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos, sostienen.
El pueblo, agregan, decidió que el nuevo presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela para el período 2025-2031 es Edmundo González Urrutia. Se trata, sin duda, de la gesta cívica más importante del siglo XXI. Millones de electores, con sus votos, abrieron las compuertas al futuro democrático de Venezuela.
Pronunciamientos de la Organización de Estados Americanos y de la Unión Europea demandan tal paso en medio de reclamos de líderes opositores de que triunfaron en los comicios por 70% vs 30% del oficialismo.
No se esperaron esos resultados
Otero destaca que Maduro y su círculo nunca se esperaron los resultados que trascendieron.
Reflejan, dijo, que Venezuela no está polarizada sino que se volcó contra Maduro y el chavismo.
“Y no hallan cómo salir del embrollo”, resaltó.
Para el editor, lo único que mantiene a Maduro aferrado al poder es el apoyo de altas capas militares no de sectores bajos del ejército que no estarían dispuestos a reprimir a la población de agravarse la situación.
Son sectores, destacó que, también provienen de estamentos sociales bajos, que hoy mayoritariamente apoyan a la oposición encabezada por González Urrutia, exdiplomático, que asumió la candidatura tras vetar el régimen a la líder Machado.
De anteriores experiencias electorales, Otero ve dos grandes diferencias hoy: el rechazo mayoritario a Maduro, en el poder desde 2013 tras el fallecimiento de Hugo Chavez, y el carismático liderazgo de Machado.
“Todo mundo quiere salir de Maduro”, afirmó Otero y remarcó que el rechazo se extiende a amplios sectores del chavismo: gobernadores, diputados, alcaldes, que no han salido a darle respaldo.
Para Otero, Maduro dejó pasar una “salida elegante” de reconocer el triunfo de la oposición y negociar su salida.
Lo ve al mando de un régimen “arrinconado, a la defensiva” que apuesta, de momento, a las medidas represivas con el respaldo del ejército.
Pero esa supuesta fortaleza militar, la ve como la mayor debilidad de Maduro.
Lo que vaya a suceder es imprevisible. Ni siquiera ve posible que se mantenga la fecha del 10 de enero 2025, para una posible transición.
Pero, advierte, Venezuela no será otra Cuba ni otra Nicaragua.
“Vamos a salir del régimen en un terreno minado. Esto no tiene marcha atrás. El régimen no va a poder evitar que el cambio se produzca”, vaticinó.
“Vamos a terminar triunfando. Ojalá no con un baño de sangre sino por vías más democráticas”, puntualizó.