Aeropuerto de Liberia: 167 vuelos cancelados y 30 mil pasajeros afectados por abruptos cierres/Seguridad de operaciones es prioridad, aduce gerente general de terminal

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Edgar Fonseca, editor

Reconoce que las abruptas suspensiones de operaciones del aeropuerto internacional Daniel Oduber de Liberia, provocaron la cancelación de 167 vuelos entre el 15 y el 20 de noviembre.

Que con ello se afectaron a unos 30 mil pasajeros, entrantes y salientes, algunos de estos últimos muy molestos porque se quedaron sin dinero al verse varada sorpresivamente su salida de territorio nacional.

Y que, como firma concesionaria, tuvieron un impacto de 25% en sus operaciones normales, con pérdidas por cuantificar, como las tienen otros agentes del sector turismo, y un descenso estimado en 1,5% en el flujo de pasajeros.

Sin embargo, destaca, la prioridad era y es la seguridad operacional y de los usuarios de la segunda terminal internacional más importante del país. En 2023 dicho aeropuerto alcanzó el 32% del tráfico aéreo internacional, 98% por turismo.

Con ello trata de entender y justificar la súbita orden de suspensión de servicios emanada por la Dirección General de Aviación Civil el viernes 15 de noviembre, que se extendió al sábado, luego a domingo y remató con un cierre total lunes y martes.

Cesar Jaramillo Gallego, gerente general de Guanacaste Airport, master en Economía y Sosteniblidad, vinculado a dicha terminal desde 2011, me atiende desde su despacho en Liberia la mañana de ayer viernes 22, cuando las actividades retornaban lenta y gradualmente a la normalidad tras reparaciones de emergencia en la pista.

Hasta octubre anterior, por dicho aeropuerto transitaron 719.938 pasajeros; 691.917 (96%) procedentes de Norteamérica, de ellos 566.145 (79%) de EE.UU. y 124.352 (17%) de Canadá, según cifras del Instituto Costarricense de Turismo.

Tras los cierres, esperaban hasta 60 vuelos diarios pero en los dos primeros días de regreso no se dieron.

No hubo la llegada de vuelos reprogramados debido a las cancelaciones. 

“Se perdieron”, admite, sin tener certeza aún si se desplazaron a otros destinos.

Jaramillo, representante de la firma Coriport, concesionaria, cuenta que en el tiempo de su nexo con dicho aeropuerto ha vivido tres momentos clave: la apertura el 12 de enero 2012; el crecimiento de 36% en el trafico de pasajeros, en 2016 ,“algo nunca visto”,  y el “frenazo pavoroso” por la pandemia en abril 2020.

Primero la seguridad

El reciente episodio de las suspensiones intermitentes lo pone en la perspectiva de la seguridad de la operación.

“La seguridad operacional es primero. Jamás va uno a poner por delante los flujos de dinero a la vida de las personas. Si el gobierno, responsable de la pista, determinó problemas de seguridad operacional, lo correcto es cerrar”, insiste.

Cree que habrá las correspondientes investigaciones y el gobierno tendrá que dar cuentas sobre el atraso en las reparaciones de la pista que llevan cuatro meses suspendidas por disputas administrativas.

Coincide con el sector oficial en atribuir a las dos semanas de clima inclemente, lluvias torrenciales, desbordamientos e inundaciones en Guanacaste y Puntarenas, como uno de los factores que contribuyeron a la emergencia en la terminal aérea.

Pero, más allá de su despacho y de las pérdidas que distintos agentes turísticos reclaman, Jaramillo lamenta la tragedia económico-social que dejó el temporal en decenas de familias de escasos recursos de la zona, cuya recuperación tardará al menos un año.

Al sobrevenir el cierre de operaciones, fijaron como prioridad evitar aglomeraciones desordenadas de pasajeros en la terminal, como se ha visto en otros países producto de huracanes y tifones.

Lograron el objetivo al mantener a los pasajeros cómodos y seguros en los hoteles, aunque algunos de estos reclamaron, al salir, que  se quedaron sin dinero al quedarse varados en territorio nacional sorpresivamente.

¡Me quedé sin plata, ¿qué hago?!, fueron algunos de los reclamos. Hubo momentos difíciles, reconoce.

Hubo hoteles que concedieron descuentos en habitaciones y comida y algunas aerolíneas asumieron el costo de hospedaje de los pasajeros.

El aeropuerto se preparó para alojar en el lobby hasta 1.500 pasajeros de los afectados. Por dicha no pasó, dice.

El reciente episodio puede afectar la imagen y reputación de una terminal internacional reconocida en los últimos seis años como una de las cinco mejores a nivel mundial por su calidad de servicio.

Igual espera haya reconocimiento a la que considera fue una “adecuada” respuesta ante la emergencia en beneficio de los usuarios.

Esperan cerrar 2024 con un tráfico de 1,9 millones de pasajeros y para el 2025 le apuntan a superar los 2 millones.