Edgar Foneca, editor/Foto Zoom PuroPeriodismo
Por ciclo histórico, el país debe estar preparado para un fuerte sismo en cualquier momento y región, advierte el Dr. Lepolt Linkimer Abarca, catedrático de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica.
Aseveró que la región de la Península de Osa registra siete terremotos históricos en los últimos 200 años, con un distanciamiento entre 45 y 50 años, de cada evento, y está cerca de cumplir ese ciclo luego del sismo acontecido el 2 abril de 1983.
Se trata del denominado “Terremoto de Golfito“, Sábado Santo, magnitud 7,4, con saldo de un muerto y severos daños materiales. Dos terremotos previos ocurrieron en esa zona epicentral en 1904 (7,7) y 1941 (7,5). Otro de menos intensidad, 4,5, en 1966.
“La recurrencia de actividad de magnitud superior a 7,0 cada 40 años … la convierte en una región de alto peligro sísmico”, citó un estudio oficial adjunto tras lo ocurrido en 1983.
Pero el Dr. Linkimer no estimó correcto ni prudente predecir la zona ni la fecha, en que se produciría un nuevo evento, aunque sí alertar que la población debe estar consciente de vivir en una región geográfica de alta sismicidad.
Los temblores, puntualizó, no se pueden predecir.
“El siguiente va a ocurrir allí o en cualquier rincón del país”, remarcó.
Desde hace dos años, la parte central del país no registra ninguno muy intenso, sostuvo dicho experto durante una amplia entrevista que concedió a este editor hoy lunes 24 de febrero vía Zoom Facebook Live.
El último terremoto de magnitud 6 que afectó el centro del territorio fue el de Cinchona, Sarapiquí, 8 de enero 2009.
Osa, Burica, Nicoya y el Área Metropolitana son propensas a continua sismicidad, destacó en su análisis del comportamiento sísmico del país en 2024 y sus proyecciones para el presente.
El año anterior la cantidad de eventos registrada por los sismógrafos de la Red Sismológica Nacional, adscrita a dicha escuela, fue de 5.378, de los cuales solo 3,8% (204) fueron percibidos por la población.
Calificó esa cifra de microsismos como la “habitual” aunque con leve baja a la tendencia en cuanto a los percibidos.
Los sismos tanto en 2024 como en 2023 no liberaron la energía equivalente a un terremoto 6,6, en el caso del año anterior, o de 3,7 en el trasanterior.
“Eso no va a prevenir un terremoto en el futuro”, remarcó.
La zona de Burica, limítrofe con Panamá, de alta complejidad sísmica, incluso experimentó un minitsunami del lado panameño a raíz de una intensa secuencia de temblores entre el 13 y el 22 julio 2024, amplió.
Burica, Osa bajo la lupa
–¿Es esta la región de mayor preocupación, de mayor inquietud, por parte de ustedes?
-Es una zona en la que estamos trabajando con mucho detalle, estamos de hecho escribiendo un artículo científico sobre la sismotectónica del Punto Triple de Panamá porque es una zona que nos aporta sismos importantes todos los años. Esta zona que es la que aporta por lo menos un sismo importante por año, es una zona poco poblada, entonces las zona de mayor preocupación son realmente las que están más pobladas porque es donde hay más personas expuestas a una sacudida sísmica. Es una zona de gran interés por el aspecto científicos porque podemos aprender, porque un terremoto importante podría generar daños en ciertas zonas del país, en la zona limítrofe entre Costa Rica y Panamá pero por ser una zona menos poblada, entonces tiene un poco menos de importancia con respecto a la parte de daños.
De esta zona, hemos tenido, hemos experimentado varios sismos importantes, varios terremotos, incluyendo los del año pasado. Hubo una secuencia sísmica en julio con sismos de magnitud 5,5 y 5,6 y provocaron algunos efectos incluyendo un pequeño tsunami, que hubo en la costa del lado panameño de la Península Burica. Se presentó un pequeño tsunami a raíz del sismo más importante que fue de magnitud 5,7. Aparte de eso hubo intensidades altas especialmente en el lado panameño pero también se reportaron caída de objetos y daños menores en comunidades de la Península de Burica.
Estamos aprendiendo en esta zona que los sismos ocurren debido a diferentes orígenes que incluyen la subducción de la placa de Cocos, las fallas que se encuentran en la placa superior que es la placa Panamá y también los sismos que ocurren en Panamá que es el límite entre la placa Nazca y la de Cocos porque existe el Punto Triple que es el punto de unión de las tres placas.
Esta zona es altamente compleja y tiene muchísimos sismos todos los años, entonces es de gran interés desde el punto de vista científico, pero es una zona poco poblada.
Adyacente a esta zona tenemos la Península de Osa y el Golfo Dulce que ha tenido una atención importante durante los últimos años porque registra terremotos con mucha frecuencia.
En Costa Rica existen dos zonas que registran terremotos con mucha frecuencia y son las penínsulas de Nicoya y la de Osa.
En la Península de Osa tenemos por lo menos siete terremotos históricos que se han repetido entre 45 y 50 años durante los últimos 200 años. Siendo el último sismo el de (2) abril de 1983. Sabemos que estamos próximos a experimentar un nuevo sismo en esta zona del Golfo Dulce, pero tengo que hacer la salvedad aquí, los sismos aún no se pueden predecir y aunque apuntamos a esta región como una en la que muy posiblemente va a experimentar un terremoto no necesariamente el siguiente sismo fuerte en Costa Rica va a ocurrir allí. El siguiente fuerte en Costa Rica puede ocurrir en cualquier rincón del país, no necesariamente en la Península de Osa.
Como sabemos que los sismos son frecuentes allí, sabemos que estamos próximos a finalizar el ciclo sísmico, es una zona entonces de interés investigativo para poder capturar toda la información que tengamos sobre el próximo sismo que se genere en esta zona de Costa Rica.
Terremoto de Golfito, Sábado Santo, 2 de abril, 1983 *
Hora: 20:50
Magnitud: 7,4 Mw; 7,2 Ms; 6,3 mb.
Profundidad: 26 km
Localización: 15 km NNE de la ciudad de Golfito y unos 165 Km al SE de la ciudad de San José, Costa Rica.
Origen: Subducción de la placa del Coco bajo la placa Caribe. La distribución preliminar de hipocentros presenta una configuración típica de la sismicidad de las zonas de contacto entre placas convergentes.
Intensidad Máxima (escala Mercalli Modificada): VIII en los poblados de Sierpe, los poblados de San Francisco de Tinoco y Villa Colón. En Boruca, Térraba, Cajón, Paso Real, Chánguena, Golfito, Ciudad Nelly, Río Claro y Palmar, se reportó una intensidad de VII. En el Valle Central fue percibido con una intensidad VI-VII.
Réplicas: Se reportaron más de 51 sismos con ML > 3,6.
Daños: Se informó de al menos 25 casas severamente dañadas y otras 44 con daños menores en el área entre los poblados de Sierpe, San Francisco de Tinoco y Villa Colón. Además, las rampas de aproximación en los puentes de los ríos Olla Cero, Sesenta, Sábalo, La Bonita y Olla Uno, se asentaron hasta 12 cm, aunque los puentes en sí mismos no tuvieron daños estructurales perceptibles. En Palmar Norte, las construcciones en “bloque integral” tuvieron un comportamiento bastante pobre y en varios casos se reportaron colapsos. En Ciudad Cortés el edificio de la Alcaldía colapsó.
Muertos: 1
Heridos: No fueron reportados
Sismicidad histórica: En el siglo pasado ocurrieron otros dos sismos de elevada magnitud, con epicentro similar al terremoto de abril de 1983. El primero ocurrió el 20 de diciembre de 1904 y tuvo una magnitud de 7,7 Ms y el segundo ocurrió el 5 de diciembre de 1941 con una magnitud de 7,5 Ms. Adicionalmente, se pude recordar el temblor de las 5:30 GMT del 9 de mayo de 1966, el cual tuvo una magnitud de 4,5 ML. La recurrencia de actividad de magnitud superior a 7,0 cada 40 años que se la convierte en una región de alto peligro sísmico.
- Fuente: Red Sismológica Nacional