- Comunidades tomadas por el narco, los sicarios y la guerrilla fueron retomadas por sus habitantes en un esfuerzo interinstitucional y sectorial. ¡Sí se puede!
- No se necesita de 100 mil presos bajo cadena perpetua, sin sentencia judicial, ni devastar el sistema institucional, como hizo Bukele, para atacar la inseguridad
Breves apuntes tras un reciente viaje a la capital antioqueña
Edgar Fonseca, editor/Foto: Ronald Fonseca Monge/Plaza Botero, Medellín
-Sí se le puede ganar la guerra a las mafias del crimen organizado y del narcotráfico.
-Se requiere de respuestas estratégicas interinstitucionales, intersectoriales. No de estados de excepción ni de vulneración de derechos ciudadanos como en El Salvador.
-Las ocurrencias, improvisaciones o bravuconadas, atizan el fuego.
-La empresa privada, iglesias y universidades deben sumar esfuerzos.
-Unidades élite de Fuerza Pública y OIJ deberían empaparse en las calles de esta urbe colombiana de cómo neutralizar al sicariato.
-El programa “Sembremos Seguridad”, que auspicia la embajada de EE.UU. en San José, debe ser replicado, con contundencia, a lo largo y ancho del país, especialmente en las zonas más vulnerables.
-Y se requiere de líderes visionarios, como el exalcalde medellinense, Sergio Fajardo, para dar un vuelco radical al estado de cosas.
-El gobierno, la Asamblea o los alcaldes deberían invitarlo a San José a que dé sus luces sobre cómo enfrentar inteligentemente el desafío.
-Mi gran inquietud al dejar el aeropuerto de Rionegro de regreso a San José: arribar a un país sumido, más que nunca, en la polarización, el enfrentamiento y el antagonismo mientras la guerra del narcoterrorismo apremia.
Especial PuroPeriodismo